Tratamiento con CPAP

La máquina de presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) se considera actualmente el tratamiento de referencia para el síndrome de apnea del sueño.

El cuerpo de la máquina

Se trata de una pequeña máquina con una turbina que envía un flujo continuo y suave de aire durante toda la noche. El aire de la habitación se envía a presión a las vías respiratorias superiores a través de una mascarilla colocada sobre la nariz, o sobre la nariz y la boca.

La presión puede ser ajustada por el médico tras un registro nocturno, que determina la presión efectiva para que usted se corrija adecuadamente. El dispositivo CPAP suministra entonces una única presión fija durante toda la noche. O bien el propio dispositivo detecta los eventos respiratorios y ajusta la presión a lo largo de la noche.

Esto se conoce como CPAP autocontrolada. Si la obstrucción necesita mucha presión para corregirse, el dispositivo simplemente aumentará su caudal para ajustar la presión; por el contrario, si hay menos obstrucción, el dispositivo reducirá su presión. Para algunas personas, un único nivel de presión no es suficiente.

En estos casos, utilizamos dispositivos con 2 niveles de presión conocidos como BiPAP (presión positiva binivel en las vías respiratorias), con una presión que actúa durante la inhalación y la otra un poco más baja durante la exhalación.

El equipo consta de un pequeño compresor, cuyo tamaño se ha reducido considerablemente desde que se introdujo el primer dispositivo en los años ochenta. Está conectado a la mascarilla mediante un tubo flexible. Puede integrarse un humidificador en el dispositivo. Existe una amplia gama de dispositivos.

El humidificador

La CPAP puede utilizarse con o sin humidificador. El humidificador puede estar integrado en el dispositivo o ser un módulo adicional que se conecta al dispositivo principal. Se utiliza para aliviar la sequedad y la irritación nasales extremas.
Debe consultar a su médico si le conviene tener un humidificador. Los humidificadores están diseñados para humidificar el aire suministrado por el dispositivo de tratamiento. Existen 2 tipos: con y sin calefacción.
Un humidificador térmico no calienta realmente el aire que recibe, sino que aumenta su nivel de humedad. La humidificación no es necesaria para todos los pacientes; sin embargo, la adición de un humidificador puede reducir los posibles síntomas, sobre todo en casos de :

    • congestión, sequedad o dolor nasal
    • respiración bucal que provoca «fugas por la boca
  • sequedad de garganta

La eliminación de estos síntomas puede mejorar el confort y la calidad del tratamiento. Cuanto mayor es la presión utilizada por la máquina, más seco es el aire y más se secan las mucosas. Como consecuencia, la nariz puede irritarse, secarse o gotear, produciendo mucosidad adicional para proteger los tejidos sensibles.
El uso de un humidificador puede ayudar a prevenir o incluso eliminar estos síntomas al tratar el aire antes de que entre en la nariz. El humidificador conectado al aparato está equipado, en la mayoría de los casos, con una placa calefactora y un control de temperatura.
Usted ajusta la temperatura, y la placa calefactora calienta el agua, provocando la formación de vapor de agua, que alivia la sequedad e irritación nasales extremas. A veces es necesario encontrar la temperatura adecuada, para evitar la desagradable condensación del agua en el tubo o en la mascarilla.

La mascarilla

Existen muchas mascarillas en el mercado. Se dividen en 3 categorías principales:

  • Buconasales o faciales Nasales

Por lo general, la mascarilla nasal es la más común y la mejor tolerada. Dicho esto, cada una tiene sus ventajas e inconvenientes. Si tienes algún problema, no dudes en probar otro modelo y cambiar. Su proveedor de servicios le ayudará a hacerlo.

– debe ser cómodo

Esto puede parecer obvio, pero desgraciadamente muchos pacientes dejan de utilizar su máquina de presión positiva al principio simplemente porque no se sienten cómodos con la mascarilla. La mascarilla no debe ser incómoda y no debe hacerle daño de ninguna manera.

Al principio, es posible que sienta un poco de curiosidad o incomodidad. Sin embargo, debería ser capaz de acostumbrarse a ella. Si no es así, las siguientes sugerencias pueden ayudarle a resolver el problema:

    • Pregunte a su proveedor si un diseño de mascarilla diferente podría resolver la incomodidad que experimenta.
  • Compruebe el tamaño y el ajuste de la mascarilla con su proveedor. La mayoría de las mascarillas vienen en distintos tamaños.

– Debe ser fácil de ajustar.

Una mascarilla puede montarse y desmontarse para su limpieza diaria, por lo que habrá que repetir los ajustes iniciales que realice con su proveedor de servicios. Asegúrese de que entiende cómo ajustar la mascarilla correctamente.

    • Pida a su proveedor de servicios que le muestre cómo ajustar la mascarilla. Ajústala delante de ellos y pídeles que te expliquen si tienes algún problema.
  • Mira el vídeo para pensar en todo lo que tienes que hacer para ajustarte bien la mascarilla.

– Evita las fugas

Todas las máquinas del mercado actual son mucho más silenciosas que un ronquido. Por tanto, el ruido de las máquinas es insignificante. En cambio, las fugas o los golpes de ariete pueden ser una fuente de ruido.

Además, si las fugas son importantes, pueden afectar negativamente a la eficacia del tratamiento. Por eso es importante que hable con su proveedor de servicios para que compruebe con usted si hay fugas, si la mascarilla se ajusta bien y si las correas están colocadas correctamente.

– Ventilación

La mascarilla tiene un pequeño orificio que permite la salida de aire (lo que se conoce como fuga intencionada). Esta fuga es esencial para eliminar el dióxido de carbono de los pulmones, por lo que no debes obstruir este orificio. Compruebe que el aire que sale por este orificio no le molesta a usted ni a su compañero.

Por ejemplo, si el orificio de exhalación está situado justo en el centro de la mascarilla y no hay ninguna tapa que desvíe el flujo de aire, éste podría escapar directamente hacia la cara de tu pareja, lo que podría ser desagradable para él o ella, y podría significar tener que cambiar la mascarilla.