La influencia del entorno familiar en el sueño

¿Qué influencia tiene el entorno familiar en el sueño? Los hábitos de sueño de los padres tienen una influencia real en el resto de la familia: cuanto más insomnes son los padres y más medicación antiestrés o para dormir toman, mayor es el riesgo de insomnio o de que los hijos tomen esa medicación.

El ambiente y las relaciones entre los miembros de la familia son esenciales: a menudo, los padres tienen dificultades para establecer una relación de escucha y diálogo con los adolescentes.

En consecuencia, puede ser difícil obtener ayuda de ellos si surge un problema. A menudo se encierran en el silencio, ¡que no es la mejor manera de entablar un diálogo! Además, los padres «exigen» resultados en la escuela, pero estas exigencias pueden ser demasiado grandes y provocar estrés y ansiedad.

Sin embargo, las relaciones familiares son esenciales para forjar la propia personalidad. Aunque haya oposición o desacuerdo con la familia, ésta moldea la identidad y la forma de ser. Es una época en la que se aprende a manejar las relaciones interpersonales, a hacer planes de futuro, etcétera. Puede ser más fácil hablar con otras personas que no sean los padres: un tío, una tía, un abuelo o los padres de un amigo pueden escuchar y ayudar.

Buenas prácticas a adoptar para que el entorno familiar influya positivamente en el sueño:

¡ESPECIAL PARA LOS PADRES!

Los padres deben evitar actitudes que aíslen a sus hijos y les hagan la situación aún más difícil.

De nada sirve :

– Hacer que el adolescente se sienta culpable o acosarle (a menudo porque los propios padres están ansiosos) diciéndole: «No puedes ni levantarte de la cama».

– Moralizar diciendo: «¿Te parece bien?» o «El mundo es de los que madrugan».

– Utilizar un lenguaje desalentador y alarmista: «Nunca podrás trabajar».

Es mejor

– Hablar del problema, fuera de los momentos en que surge, para buscar y encontrar soluciones juntos.

– Preguntar al adolescente cómo cree que se le puede ayudar.

– Preguntarse si sus padres pueden tener algo que ver con estos problemas con los patrones de sueño:

  • Actividades profesionales que ocupan demasiado tiempo;
  • Mala organización en casa;
  • Horarios de comidas que cambian cada día o ningún horario de comidas;
  • Televisores u ordenadores en todas las habitaciones.

La familia debe buscar soluciones que todos puedan aceptar. Por ejemplo: ¿Cuál es el momento común en el que todos podemos dejar de llamar por teléfono, chatear por Internet, etc.?

¿Necesitamos ir al médico?

Sí, si nos preguntan. Esto demuestra una toma de conciencia y una llamada a buscar soluciones.

No banalizar los problemas («Es tu edad, ya se te pasará»).

Si la persona no pide ayuda o rechaza toda ayuda, conviene prestar mucha atención a los signos de malestar profundo o incluso de depresión. Aunque se niegue, puede ser necesario consultar a un especialista para intentar encontrar soluciones.