Kleitman realizó, en voluntarios, una serie de experiencias para conocer hasta qué punto los estímulos sensoriales provocan o, al menos, se incorporan en el contenido de los sueños.
Estas consistieron en aplicar estímulos sensoriales diversos —de una intensidad que no llegaba a despertar a los sujetos de experimentación— cuando se hallaban en fase MOR. A los pocos minutos se les despertaba y referían lo que habían soñado.
Cuando se aplicó un sonido puro, de 1000 ciclos por segundo, solamente en 3 de los 35 ensayos los probandos refirieron sueños en los que se había incorporado el sonido.
Otra experiencia consistió en acercar a la cara una bombilla de 100 watios: de los 30 ensayos, en 7 casos los sujetos refirieron sueños en los que intervenía la luz.
Más eficientes se mostraron los estímulos cutáneos: la caída de gotas sobre la piel de la cara dio lugar a que en 14 ocasiones, de las 33 pruebas, los sujetos soñaran escenas en las que intervenía el agua. En este sentido, es un hecho de observación frecuente que los pacientes que padecen enuresis suelen soñar con inundaciones o caminatas bajo la lluvia, etc.
Otras experiencias que implican un mayor grado de integración son las realizadas por Berger, repitiendo una misma palabra cuando los sujetos se encontraban en sueño MOR. En el caso de un universitario al que se le repitió el nombre de Sheila, soñó que había olvidado un libro de Schiller en la universidad.
Hay que tener en cuenta que la pronunciación inglesa de Sheila y la alemana de Schiller es prácticamente igual. En otro caso, el nombre repetido fue el de Jenny, y el sujeto soñó que abrían una caja fuerte con un jemmy (barra de hierro que suelen emplear los ladrones para descerrajar).
Una joven a quien se le repitió el nombre de Robert soñó con un rabbit (conejo) que aparecía un tanto desfigurado.
De estas experiencias y otras similares se puede deducir que los estímulos sensoriales tienen una clara influencia sobre los sueños y no sólo respecto a las imágenes simples sino, en cierto modo, a la ideación, como parece demostrar este segundo tipo de experiencias en las que el estímulo acústico evoca escenas en relación con el significado de la palabra empleada como estímulo.