Hipótesis sobre génesis y naturaleza de los sueños
Hipótesis sobre génesis y naturaleza de los sueños, los datos objetivos recogidos sobre los sueños permiten adelantar una hipótesis sobre su génesis y naturaleza de los sueños, hipótesis, por tanto, con un fundamento sólido: los sueños se producen cuando los centros de la memoria se encuentran en un estado que, en neurología, se suele calificar de facilitación, es decir, que basta una leve excitación para que los recuerdos se produzcan.
Esta situación se da, sobre todo, en el período MOR, en el que hay, como recordarán, una mayor actividad de la corteza cerebral que en las otras fases del sueño.
Lo que provoca el inicio de los sueños o, si se quiere, lo que hace que los centros de la memoria alcancen el nivel mínimo para que comiencen a actuar, son los impulsos sensoriales. Tales impulsos no llegan a despertar al sujeto, por lo que las escenas que se sueñan tienen lugar en una situación de inconsciencia.
Los recuerdos o fragmentos de recuerdos que surgen en los sueños son motivados, en parte, por el tipo de estímulo responsable de la excitación mnésica y, sobre todo, por sucesos recientes que estuvieron acompañados de un cierto grado de emoción. Como falta la conciencia, los recuerdos no responden a una secuencia lógica o un sentido racional, por lo que las escenas soñadas son desorganizadas e incoherentes.
El olvido rápido de lo soñado se explica por lo que acabamos de decir: porque los sueños no tienen ningún fundamento racional y las escenas se suceden de forma caótica.
Así, su fijación en los centros mnésicos es lábil y se omiten con gran facilidad. Sólo cuando las escenas soñadas se acompañan de fuertes emociones, que con frecuencia llegan a despertar al sujeto, entonces, al tomar conciencia de lo soñado, esto se recuerda con bastante precisión y durante más tiempo.
Según esta hipótesis, no hay deseos ocultos que pasan disfrazados la vigilancia del superyo ni tienen sentido para el sujeto que sueña. No se produce, por tanto, la sustitución ni es necesaria la simbología. La condensación, que sí puede existir, no tiene la significación que le atribuía Freud.
En definitiva, los sueños cuentan con una honda base fisiológica en la que descansa cierta participación psicológica, lo contrario de lo que afirmaba Freud, para quien los sueños constituían un complicado fenómeno psicológico.