Epidemiología y enfermedades asociadas

Epidemiología y enfermedades asociadas, estudios más recientes, que tienen en cuenta la explosión de la epidemia de obesidad en los países industrializados, han modificado estos resultados. La incidencia del síndrome de apnea del sueño en los países occidentales se sitúa en torno al 8%.

Un estudio realizado con sujetos chinos en Singapur reveló una prevalencia estimada del 15%. En la India urbana, es del 7,5% en los hombres de mediana edad, del 4,5% en los hombres coreanos, del 3,2% en las mujeres coreanas de mediana edad, del 8,8% en los hombres malayos y del 5,1% en las mujeres malayas. Por tanto, la prevalencia es siempre mayor entre los hombres. Por último, la prevalencia del síndrome de apnea del sueño aumenta con la edad.

Hipertensión arterialLa hipertensiónarterial está presente entre el 20 y el 50% de los casos de síndrome de apnea del sueño. A la inversa, el síndrome de apnea del sueño se encuentra en el 30% de los casos de hipertensión arterial esencial, y este porcentaje aumenta hasta el 80% si consideramos la hipertensión difícil de tratar y refractaria al tratamiento.

Sabemos que el mecanismo de la apnea del sueño puede causar y mantener la hipertensión. La hipertensión es peligrosa para el cerebro, ya que multiplica por cuatro o por seis el riesgo de accidente cerebrovascular. Se ha demostrado que el tratamiento de la apnea del sueño reduce la presión arterial tanto de día como de noche.

– Enfermedades cardiovasculares

El síndrome de apnea del sueño está presente en el 30-40% de los pacientes con enfermedad coronaria. También se encuentra en el 50% de los pacientes con trastornos del ritmo cardiaco y arritmia completa. Por último, el 30% de los pacientes con insuficiencia cardíaca presentan síndrome de apnea del sueño.

La relación entre el síndrome de apnea del sueño y las enfermedades cardiovasculares es, por tanto, significativa. Diversos estudios sugieren que el síndrome de apnea del sueño es un factor de riesgo cardiovascular en sí mismo, pero la coexistencia de numerosos factores de riesgo en los pacientes (edad, peso, tabaquismo, alcohol, diabetes, etc.) hace difícil establecer con certeza una relación causa-efecto entre la apnea del sueño y las enfermedades cardiovasculares.

– La diabetes y el hipotiroidismo suelen asociarse al SAS. La resistencia a la insulina en pacientes obesos, diabéticos o no, se ve agravada con frecuencia por el síndrome de apnea del sueño.

– La obesidad

La obesidad, predominantemente abdominal, es frecuente, aunque entre el 30 y el 40% de los pacientes apnéicos tienen un peso normal. El cuello suele ser corto y ancho: un perímetro de cuello superior a 43 cm predice el síndrome de apnea del sueño en los hombres.

– Accidentes cerebrovasculares

El 60% de las personas que han sufrido un ictus o un accidente isquémico transitorio (AIT) también padecen apnea del sueño, con un riesgo cinco veces superior al de la población normal.

El tratamiento del síndrome de apnea del sueño puede reducir la probabilidad de sufrir un ictus y prevenir los ataques recurrentes.

– Depresión

Según los estudios, la depresión y el síndrome de apnea del sueño suelen asociarse clínicamente, con una prevalencia que oscila entre el 7% y el 45%. En términos de sentimientos y experiencias, el síndrome de apnea del sueño y la depresión son muy similares: fatiga y pérdida de energía, dificultad para hacer cosas y pensar con eficacia, insomnio o somnolencia diurna.

En los pacientes deprimidos e insomnes, el sobrepeso o la obesidad, el sexo masculino y la edad avanzada son factores fuertemente predictivos del síndrome de apnea del sueño asociado.

Por último, la somnolencia importante no está directamente relacionada con la gravedad del síndrome de apnea, pero debería hacer sospechar de una dimensión depresiva asociada. En efecto, cuanto más deprimidos están los pacientes apnéicos, más somnolientos están.