No existe un somnífero ideal, y todos los fármacos presentan inconvenientes cuando se utilizan durante periodos prolongados.
Las benzodiacepinas o moléculas afines como la zopiclona (Imovane®) o el zolpidem (Stilnox®) son los productos más recetados. Le siguen los antihistamínicos (Théralène®,Donormyl®…) (moléculas más conocidas para tratar las alergias). Cada persona reacciona de forma diferente a un producto u otro, y sin pruebas previas es imposible saber qué medicamento será eficaz y cómodo para un individuo determinado.
Los somníferos tienen su lugar en el tratamiento del insomnio, pero hay que tener cuidado de no desarrollar una dependencia de ellos.
Por lo tanto, es importante limitar su uso en el tiempo, ya sea utilizándolos durante un período corto de 15 días a 3 semanas, o de forma discontinua de 2 a 3 veces por semana, en función de los momentos identificados como favorables para el insomnio (por ejemplo, insomnio el domingo por la noche, o antes o después de un día estresante, etc.).
Las indicaciones preferidas para los somníferos son los insomnios ocasionales o transitorios, ¡pero éstos rara vez son el problema! Son los otros, los que duran meses o incluso años, para los que se plantea la cuestión.
Los somníferos pueden ser útiles cuando se atraviesa un periodo difícil, cuando la situación vital es particularmente intolerable o cuando se está demasiado ansioso.
La ansiedad actúa como un equivalente de la vigilia; mientras esté presente, la persona no puede dormir. Pero la ansiedad puede formar parte de un contexto patológico particular: trastorno de la personalidad, trastorno psicótico o depresión. En este caso, ya no se trata de simple insomnio, sino de insomnio psiquiátrico.
Los antidepresivos también son eficaces en el tratamiento del insomnio. Las dosis eficaces son mucho más bajas que las utilizadas para la depresión. Cada vez más prescritos en esta indicación, reducen la latencia del sueño y aumentan la continuidad del sueño, y a veces aumentan el sueño profundo.
También pueden presentar inconvenientes, sobre todo al inicio del tratamiento, provocando somnolencia diurna, pero ésta suele ser transitoria. Las mujeres embarazadas deben evitar los antidepresivos serotoninérgicos.
La melatonina no está indicada para el insomnio común, salvo cuando existen trastornos del ritmo sueño-vigilia asociados, o en personas de edad avanzada cuyos ritmos de sueño suelen estar mal estructurados.
En cuanto a la fitoterapia, sólo la valeriana ha sido estudiada y ha demostrado su eficacia para mejorar la continuidad del sueño y aumentar el sueño profundo.