Si se despierta por la mañana con una extraña sensación de cansancio, o si tiene la impresión de no haber dormido bien, es posible que la causa sea su almohada. La almohada no sólo sostiene el cuello, sino que también desempeña un papel importante en la calidad del sueño.
Existen varios tipos de almohadas en el mercado: almohadas de espuma viscoelástica (adecuadas para todas las formas del cuerpo), almohadas anatómicas, almohadas cervicales, almohadas de látex, almohadas de plumas, almohadas ergonómicas, almohadas ortopédicas, almohadas firmes o blandas, etc.
Con tanto donde elegir, es fácil perderse y acertar en la elección puede resultar difícil. Para ayudarle a elegir la almohada adecuada y optimizar su descanso nocturno, descubra nuestros consejos para elegir una almohada.
Consejo 1: Pruebe la almohada antes de comprarla
Si quiere disfrutar de un sueño reparador, no tiene sentido tantear precipitadamente la almohada con las manos. Tampoco tiene sentido doblarla como un acordeón para evaluar su comodidad.
La mejor solución es probarla. Le aconsejamos que busque un lugar para tumbarse y probarla. Por regla general, la cabeza debe hundirse un tercio, lo que corresponde a la distancia entre el colchón y la altura natural de la cabeza. Así evitarás dolores de cuello y optimizarás la calidad de tu sueño.
Consejo 2: No olvide la función principal de la almohada
Para dormir bien en el colchón, hay que elegir bien la almohada. Además de aportar comodidad, la almohada garantizará la alineación de la columna vertebral durante el sueño. Por eso existen almohadas cervicales en el mercado. Razón de más para probar la almohada antes de adoptarla.
Consejo 3: Diferenciar entre formas rectangulares y cuadradas
Elija su almohada en función de sus expectativas: relajación o sueño profundo. Las almohadas sujetan de forma diferente según su forma. Si quiere relajarse, opte por una almohada cuadrada. No sólo te apoyará la cabeza, sino también la parte superior del cuerpo en posición sentada. Si quiere dormir, opte por una almohada rectangular.
Consejo 4: Elija su almohada en función de sus hábitos de sueño
Durante la noche, si prefieres dormir boca abajo, por ejemplo, puedes elegir una almohada blanda y flexible (de plumón, por ejemplo). También debe elegir una almohada más bien plana para no forzar los músculos de la deglución.
Si prefieres dormir boca arriba, es esencial que elijas una almohada firme para sujetar el cuello. Le aconsejamos que elija una almohada de alta densidad, pero no demasiado firme al mismo tiempo, ya que una almohada demasiado firme puede provocarle una migraña. Si tienes dolor de cuello, opta por una almohada de espuma viscoelástica, que se adaptará a tu cuello sin dejar de ser compacta.
Por último, si tiene tendencia a sudar por la noche, opte por una almohada natural en lugar de sintética o de lana.
Bienestar y relajación
Consejo 5: elige bien los materiales
1. Lana
Muy transpirable, se adapta a tu temperatura corporal. Es fácil de moldear para un confort óptimo, y puedes quitártela para que te proporcione un buen soporte durante toda la noche.
2. Espuma con memoria
También conocida como almohada ergonómica, se amolda a la forma de tu cuello para sostenerlo correctamente, por lo que no tienes que preocuparte por el dolor de cuello. Pero como la espuma es un material sintético, reaccionará según la temperatura de tu dormitorio. Cuanto más calor haga, más se adaptará la espuma a su cuello. Por lo tanto, se recomienda principalmente para personas que no se mueven demasiado por la noche.
3. Plumón y plumas
Para una mayor calidad, le recomendamos que elija el plumón, que garantiza el máximo confort. Puede elegir entre varias densidades, de firme a suave. Pero, en general, la calidad dependerá sobre todo de la procedencia del ganso o el pato.
4. Almohadas sintéticas
Muy fáciles de limpiar y secar, pero el único inconveniente es que le harán sudar.
Consejo 6 Cuide su almohada
En general, es aconsejable cambiar toda la ropa de cama cada 10 años. Pero cuando se trata de almohadas, es mejor deshacerse de ellas al cabo de 3 o 5 años. Una almohada flácida no podrá hacer bien su trabajo: sostener la cabeza.
A continuación, te aconsejamos que optes por una almohada con funda desenfundable. Es importante recordar que el núcleo de la almohada no se puede limpiar, por eso es tan importante una funda. Si quieres darle a tu almohada un año más de vida, acuérdate de acariciarla por ambos lados todas las mañanas. Esto ayudará a que recupere cierta forma.