Las causas del insomnio pueden ser variadas, cuando no puede tratarse con el mero favorecer las condiciones de un mejor reposo, hay que ir a las causas si éstas se conocen.
Las causas del insomnio más comunes
No puede ser el objeto de este artículo el tratamiento de las causas que tienen su origen en enfermedades o lesiones de cualquier tipo. Baste señalar que, en los casos de insomnios producidos por esos motivos y ya vistos en un post anterior, es el médico quien tiene la palabra y los medios para tratar las causas del insomnio curando la enfermedad o procurando al paciente los medios necesarios para que no se presente el insomnio como síntoma de la enfermedad.
Someterá al enfermo al tratamiento que considere más adecuado para curarle o aliviará, mediante la receta de los medicamentos más eficaces, las consecuencias de la afección, entre las que se encontraría, el insomnio.
Cuando la raíz de las causas del insomnio está en un desequilibrio psicosomático, es preciso encontrar el medio de recuperarlo. Estamos de nuevo ante un tratamiento de las causas del insomnio.
Los motivos del insomnio
Si los motivos del insomnio están en un exceso de trabajo intelectual y de responsabilidades y preocupaciones, el insomníaco debería dejar su trabajo por una temporada y dedicarse a una actividad más reposada y tranquila. Lo mejor sería que se fuese a un lugar tranquilo a recuperarse, cambiando de ambiente y procurándose actividades distraídas y que requieran poco esfuerzo mental.
El descanso físico, la distracción, el perder de vista el escenario de las preocupaciones habituales y la dedicación a quehaceres agradables, pueden hacer milagros en los enfermos de insomnio por fatiga mental y stress (tensión a que la vida moderna somete a los individuos).
Si a todo ello se añade un ejercicio físico que reúna las características ya comentadas anteriormente, es muy posible que pueda recuperarse pronto de su insomnio y volver a dormir otra vez perfectamente, combatiendo así las causas del insomnio.
Si es muy cierto que, no todo el mundo puede tomar el remedio de irse a descansar una temporada fuera de su ambiente habitual, también es verdad que casi todos podemos aproximar nuestra vida a esa manera de llevarla. Basta con reducir el trabajo e introducir esas modificaciones todo lo que se pueda en las actividades del día.
Si alguien opone que reducir su trabajo significa reducir otras muchas cosas, como por ejemplo ingresos, debería recordar lo que vale su salud y que, a fin de cuentas, la recuperación que obtenga de ese descanso y de la posible vuelta a un sueño normal, va a significar un aumento de su rendimiento y en definitiva del fruto de su trabajo.
El mismo tratamiento puede aplicarse a las alteraciones en la esfera emotiva que tanto inciden en el funcionamiento del organismo y en el trabajo intelectual. Los problemas que nos afectan o las tensiones y preocupaciones que nos dominan, no son los mismos si se les somete a la prueba de un descanso y de una distracción agradable.
Desde esa nueva óptica podemos comprendernos mucho mejor que cuando estamos inmersos en ese círculo vicioso en el que la fatiga acumulada repercute sobre la emotividad y ésta sobre aquella ante la imposibilidad de conseguir un sueño reparador.
Es posible que con un alejamiento de las causas del insomnio y denuestros transtornos emotivos, podamos llegar a comprender la razón de nuestra angustia o de nuestra depresión y, verla positivamente como algo que tenemos en nuestra mano evitar.
La ayuda de un buen psicólogo puede ser utilísima como guía de nuestra introspección, pero la base del tratamiento estará ahí donde nosotros somos los verdaderos responsables.