El sueño paradójico

El sueño paradójico, un misterioso estado de la mente

Sueño paradójico

Este sueño paradójico se caracteriza por un electroencefalograma con ondas de gran frecuencia y bajo voltaje. Esto corresponde a una actividad de la corteza cerebral cercana a la que se establece durante la vigilia. Entra, por tanto, en la clasificación de sueño ligero, pero lo paradójico es que en ella, despertar al individuo mediante estímulos se hace más difícil que en cualquier otro momento del sueño.

Además, el tono muscular pasa por su momento más bajo mientras que los niveles medios de los ritmos cardíacos y respiratorios y de la tensión arterial son más altos que en el resto de las fases del sueño.

Hay variaciones frecuentes en la actividad metabólica y se consume más oxigeno que en ningún otro momento del sueño mientras aumenta el riesgo cerebral y la temperatura cerebral que indican una intensa actividad del sistema nervioso.

La curva del sueño B ha sido obtenida en la actualidad mediante una multiplicidad de registros. Se observan en ella bastantes diferencias con respecto a la curva A, obtenida a finales del siglo pasado. Puede verse que no es uniforme durante las tres primeras horas de sueño contra lo que antes se pensaba, y que, es mucho más compleja durante el resto de la noche.

En las personas normales hay un descenso de la secreción gástrica, no así en los que padecen úlcera, para quienes ocurre lo contrario.

Todos estos cambios neurovegetativos son bastante irregulares. Suceden según los individuos y hay una gran variabilidad. Es éste un fenómeno para el que no se conoce explicación. Lo que sí queda claro de ellos es que indican que esta fase del ritmo nictemeral es de relajación y supone descanso.

Las investigaciones realizadas a fines del siglo pasado con medios poco adecuados que no registraban más que una o dos variables de un modo no continuo, daban por resultado unas curvas de la profundidad del sueño en las diferentes horas, que no tenían en cuenta las fases que se han descrito.

Las curvas eran bastante regulares y presentaban una porción determinada por las tres primeras horas de sueño como una zona uniforme. El hecho de que este área fuese la mayor de cuantas se presentaban determinadas por las demás horas del sueño, llevó a la creencia tan popular de que las tres primeras horas son las que mayor descanso aseguran.