Estos cinco estadios del sueño se dan normalmente en cada uno de los ciclos de sueño que tienen lugar todas las noches y que por término medio son cuatro. Aunque éstos no tienen la misma duración, se puede calcular como media 1 hora y 40 minutos.
El primero de los ciclos de sueño suele ser el más breve, aproximadamente 1 hora, y en él se alcanza con más rapidez el estadio IV.
Durante los dos primeros ciclos de sueño se permanece más tiempo en los estadios de sueño profundo; en cambio, en los dos ciclos finales, especialmente en el último, casi todo el tiempo corresponde al sueño superficial, es decir, a los estadios I y II.
El sueño paradójico se da siempre en la fase de sueño superficial, es de muy escasa duración en los dos primeros ciclos y, en cambio, ocupa una buena parte del último. De todas formas, el tiempo transcurrido en cada uno de los diferentes estadios del sueño es variable de unos individuos a otros, de unas edades a otras y de una noche a otra en un mismo sujeto.
La duración del sueño paradójico disminuye con el paso de los años y también es muy variable según las especies animales.
El sueño MOR es una fase importante del sueño, pues cuando se priva a los animales de ella se recupera después de manera selectiva, como comprobó Jouvet de una forma ingeniosa. Colocaba un gato sobre una plancha flotadora en el centro de una balsa. El gato no podía saltar a la orilla ni tenderse en la plancha, pues las dimensiones de ésta sólo le permitían permanecer de pie o sentado.
Hay que advertir que los gatos pueden dormir durante los cuatro estadios de sueño sincronizado en posición sentada; en cambio, cuando aparece una fase MOR, por la relajación muscular característica, el animal se tumba y entonces cae al agua despertándose. Cuando los animales pasan varios días sometidos a esta privación del sueño MOR, al dejarles dormir en condiciones normales pasan varias horas ininterrumpidas en esta fase.
Algo parecido se ha observado en el hombre. En este caso, los probandos eran despertados en cuanto el EEG indicaba que comenzaba una fase MOR. Tras varias noches de privación, a la siguiente dormían mucho más tiempo que el habitual en sueño MOR.
La importancia de la fase MOR del sueño, refrendada por esta recuperación selectiva, se debe, entre otras cosas, a la relajación muscular que en ella se alcanza, la cual proporciona un descanso reparador.
Además, hay un recambio metabólico más intenso en los centros nerviosos y en especial en la corteza del cerebro. El aumento de la actividad bioeléctrica que se registra en esta fase del sueño es debida, en parte, al aumento de la actividad de las células gliales que sirven de elementos intermediarios entre los capilares sanguíneos, que transportan los nutrientes, y las neuronas.